Leonhard Euler
1707 – 1783
fue uno de los más grandes genios que las Matemáticas han dado. Pues bien, otra faceta de la que al propio Euler le gustaba hablar era la de calculista. Sus investigaciones en teoría de números se vieron apoyadas por el hecho de que dominaba mentalmente no sólo los 100 primeros números primos (1,3,5,7,11,13…), sino también sus cuadrados, cubos, cuartas, quintas y sextas potencias. Era capaz de hacer mentalmente difíciles cálculos, algunos de los cuales requerían retener en la cabeza hasta 50 cifras.
Como anécdota que trata de la estima en que se tenía a Euler en su época, es que cuando el ejército ruso invadió Alemania en 1760 y saqueó una granja de su propiedad, al llegar el acto a conocimiento del general, la pérdida le fue inmediatamente remediada, y a ello se añadió un obsequio de cuatro mil florines, hecho por la emperatriz Isabel cuando se enteró del suceso.
John Wallis
1616 – 1703
fue un excelente matemático (precursor del cálculo infinitesimal) que fue amigo e influyó en Newton. Se cuenta de Wallis que en una noche de insomnio llegó a calcular la raíz cuadrada de un número de 40 cifras, recordándolo y escribiéndolo al día siguiente.
Carl Friedrich Gauss
1777 – 1855
fue otro de los genios matemáticos dotados de una excelente habilidad con los números. A la edad de 3 años se cuenta que corrigió la nómina de los empleados de su padre. Con 8 años, su profesor le mandó sumar los 100 primeros números para así tomarse un descansoen. Sólo necesitó unos segundos, y lo consiguió con un ejemplo de su genialidad: sumó 100 +1, 99 + 2 ... y se dio cuenta de que sumaban 101 y se repetía 50 veces y 101 x 50 = 5.050
André Marie Ampere
1775 – 1836
fue uno de esos prodigios que de vez en cuando da la humanidad. A la edad de 4 años aprendió a calcular, es la aritmética una de las cualidades que primero empiezan a manifestarse en este tipo de genios, y esta facultad ya no le abandonó a lo largo de toda su vida.
Srinivasa Ramanujan
1887 – 1920
fue un genio autodidacta dotado de unas portentosas cualidades con los números. Cuenta el gran matemático Hardy que cuando lo fue a visitar al hospital le comentó que el taxi en el que había venido tenía una matrícula un tanto sosa: 1729. A lo que Ramanujan respondió: "En absoluto lo es, querido Hardy, 1729 es el menor número que puede ser expresado como la suma de dos cubos perfectos".
John Von Neumann
1903 – 1957
realizaba todos los cálculos con su cabeza. Durante las reuniones habidas en Los Alamos durante la Segunda Guerra Mundial, y que dieron lugar a la creación de la bomba atómica, físicos de la talla de Richard Feynmann o Enrico Fermi realizaban sus cálculos con una regla o una pequeña máquina mientras Von Neuman lo hacía con su cabeza e incluso más rápido y preciso.
Alexander Craig Aitken
1895 – 1967
el mejor de los calculistas mentales recientes, no comenzó a calcular mentalmente hasta la edad de 13 años. Impresionaba en sus conferencias a la audiencia realizando cálculos mentales como la memorización del número pi (?) hasta el decimal 1000, colocando los dígitos en filas de cincuenta, dividiendo cada una de ellos en grupos de cinco y luego leyéndolas a un ritmo particular. Alguien le pidió comenzar en el decimal 301. Cuando había citado cincuenta dígitos se le rogó que saltase al lugar 551 y dar 150 más. Lo hizo sin error, comprobándose los números en una tabla de pi.
Podía memorizar los primeros 1000 decimales del número infinito PI… George Parker Bidder Aprendió a calcular a la edad de 6 años jugando con piedrecillas y botones porque su padre, un picapedrero, sólo le enseñó a contar. Cuando Bidder tenía 10 años, pidió a alguien que le escribiera un número de cuarenta dígitos y que se lo leyera. Lo repitió de memoria inmediatamente. Tenía nueve años cuando se fue de gira con su progenitor y entre las preguntas que le planteaban los espectadores puede elegirse la que de calcular el tiempo, que tardaría el sonido (viaja a 6.437’376 metros por minuto) en llegar a la Luna desde la Tierra (dista 198.361.304’064 metros) en el caso de que pudiese. En menos de un minuto el niño respondía: 21 días, 9 horas y 34 minutos. Cuando se le preguntó (a los 10 años) por la raíz cuadrada de 119.550.669.121, contestó 345.761 en 30 segundos.
Giacomo Inaudi
1867 – 1950
es uno de los casos mejor documentados, ya que fue estudiado por el famoso psicólogo Alfred Binet. Fue pastor de ovejas, pero pronto se ganó la vida con exhibiciones por cafés y teatros. Curiosamente aprendió a leer y escribir a edad tardía, mucho después de aprender a calcular. Su cráneo fue estudiado por Broca, siendo de un tamaño excesivamente grande y presentando irregularidades. Inaudi tenía una extraordinaria memoria para los números que contrastaba con ser una persona olvidadiza. Era un calculador de tipo auditivo, de tal forma que no necesitaba ver los números para calcular.
Jedediah Buxton
1707 – 1772
era un granjero inglés nacido en 1.702 en Elmton que aprendió a calcular a la edad de 12 años y era un fanático de la memoria. Su fama como calculista le llevó a Londres, donde alguien le llevó a ver una representación de Ricardo III. Al final, cuando le preguntaron si le había gustado, el respondió que el actor principal había dicho 14.445 palabras y dado 5.202 pasos. Para Buxton era una manía contarlo y medirlo absolutamente todo. Esta capacidad para memorizar le llevaba a hacer grandes multiplicaciones mentales, recordando las partes de la multiplicación durante largos periodos de tiempo.
Johann Dase
1824 – 1861
tenía una gran capacidad para multiplicar y dividir grandes números definiéndole Schumacher como "extraño genio del cálculo". Dase logró en tan sólo dos meses presentar el número infinito pi con 200 decimales. Otra de sus contribuciones a las matemáticas fue el calcular todos los números primos entre 7.000.000 y 10.000.000. Dase tenía una enorme capacidad para multiplicar números muy grandes, así se cuenta que llegó a multiplicar dos números de 20 dígitos en 6 minutos o dos números de 48 dígitos en 40 minutos
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